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I Festival Internacional

lunes, 28 de diciembre de 2015

POETAS PARTICIPANTES: DOLAN MOR, CUBA/ESPAÑA





DOLAN MOR, retratado por ANNE WIESE





                                     DOLAN MOR

                                    BIBLIOGRAFÍA

Dolan Mor (30 de enero de 1968, Pinar del Río, Cuba), es un poeta de origen cubano que desde 1999 reside en Aragón. Sus poemas han sido traducidos a numerosos idiomas y varios de sus libros han merecido diferentes premios nacionales e internacionales. Es autor de la tetralogía Maladie bleue (nombre francés de la enfermedad Tetralogía de Fallot o Mal azul). Maladie bleue es una colección de libros híbridos y experimentales que se inspira en la obra esencial de Lewis Carroll y en la Fuente Q de los Evangelios. Los títulos que componen Maladie bleue son: Poemas míos escritos por otros (volúmenes I y II); Después de Spicer (volumen III); y Dolan y yo (volumen IV), todos publicados en España por la editorial Aduana Vieja.

                              



FILOMELA, EN UNA RAMA, LE PREGUNTA A ROLAND BARTHES


¿Qué significa sola (o caerse del suelo) como César Vallejo?
¿A quién hablaré ahora mientras hilo este paño, a los pies
de un manzano? ¿Sobre qué rama estoy posada con mi mente?
¿Existen esos pájaros que pastan a mi lado o son solo un reflejo
de la imaginación? Si escribo en esta rama, ¿es el símbolo escrito
un signo del discurso, o es solo un mal acuerdo, una señal,
un grito, para no errar la línea si (en)cuervo el pensamiento?
La memoria, los sueños, incluso la armonía, ¿son las aves del tiempo?
Pero ese mal concepto, ese tigre, el tiempo, ¿qué dios lo diseñó?
¿Habita en realidad ese animal, el tiempo? ¿O es un círculo,
aguja, en la selva, el espacio, que el universo gira con forma
y dimensión? Sin embargo, al hablar en el poema queda,
en el viento ahora escrito, otro concepto erróneo: el espacio
y su red. Si no existe tampoco la rama donde escribo, ¿entonces
qué es la muerte del poema y su fin? ¿Dónde pulir la imagen?
¿Qué es tejer la metáfora? ¿Dónde el gerundio Tierra? ¿Dónde
el sol participio? ¿Brilla la poesía, su tela, al deshilarse?
¿Bajo qué cielo estoy tejiendo ahora el idioma si todo es un
engaño que mueve mis sentidos? Quien me lee, ¿está muerto?
Yo que vuelo o que escribo, ¿estoy sola en el árbol? ¿Dónde
los otros pájaros? ¿Y aquel búho, Tereo, que devoró mi cuerpo? El reino
del poema, sus caballos, los cisnes de Yeats entre los juncos,
¿fueron una utopía? La palabra "cadáver", su perfume en mis labios,
¿es el cielo de letras que ensucio con mis alas? ¿Qué golpe, qué
pedrada en el pecho este Infierno? (Dante). Y este jardín que podo,
que ensucio mientras sangran mis plumas bajo el árbol, ¿es de Dios
o de Joyce? ¿Qué significa "escribo un paño con mi sangre a los pies
de un manzano mientras el viento sopla la muerte en el camino"?
¿Qué significa sola (o morirse de sol) como G. de Cortanze?



DARIEN


Decía Darien que los ojos de un escritor,
para ser transparentes, deben estar secos.
En el esfuerzo hacia la transparencia
está la sequía de la mano y la sequía
del espíritu al deslizarnos por el tobogán
hacia el lago (aquí el lago funciona
como la superficie de la hoja).
A un nivel del pensamiento el estilo
se aquieta, el agua de la mente sube
y se equilibra. Si por ejemplo escribimos
"mi estudio", deben equilibrarse las ventanas
con los cuadros en las paredes; la puerta
con el espejo; las lámparas del techo
con la oscuridad que proyectan
las cortinas y la cama sobre el suelo.
Los muebles deben de llenar el vacío
de la misma forma que las palabras
llenan los espacios en blanco o los silencios.
Nada debe faltar en el viaje hacia la
transparencia al escribir. Incluso los errores
nos conducen a la perfección y cada tachadura
es el signo que induce a una página perfecta.
Después vienen las tuberías o el desagüe,
aunque si quisiéramos hablar con seriedad
en la escritura lo primero es lo último. Y al revés.
El primer mueble en el estudio de un escritor
debe ser el cesto de basura (Ernest Hemingway,
Libro de Oro de las Citas, página 183).



ARTE POÉTICA


"No hables en tus poemas del ruiseñor
de Wilde, ni menciones amor, perfume, labio o rosa"
–me dice en los manuales Ariel Rivadeneira–
y yo evito poner en cada verso escrito
un ala,  algún jardín, la luna de Virgilio,
y hasta a veces me niego, sentado
en el alféizar, a mirar las heladas
del invierno en España, porque queman
las ramas de los árboles todos y la niebla
me invita a escribir con nostalgia
"y ese signo, nostalgia, –me dicen
los manuales– es señal del pasado,
y se debe escribir sin alma, con estilo,
igual que si torcieras el cuello
de una garza con desprecio en tus dedos".

"Habla de cibernética y de física cuántica,
menciona blog, pantalla, correos
electrónicos" –me aconsejan los críticos–.
Y yo sumo las cifras o despejo ecuaciones,
digo leyes, neones, sistemas invisibles
que arman genios, científicos.
También menciono genes, vídeos,
ordenadores, y hay instantes, incluso,
que hablo sin meditar y construyo asonantes
al decir aeropuertos, submarinos, aviones
y algún laboratorio (…), móviles, cines, clones.

Pero aunque logre versos posmodernos
siguiendo los consejos de sabios
que hablan de poesía como hablar
de la historia, de mercados, teoremas
que establecen los pliegues en las cuerdas
del tiempo, no he logrado escribir
el poema perfecto, e incluso
cuando leo alguna línea aislada
de Wilde entre las sábanas, y todos
mis maestros (con diplomas de masters
y perfil de doctores) se divierten
en bares o en los pubs de internet,
yo lloro como dama sin remedio
y me jode el viejo de Quevedo,
y me arriesgo, en la cama, a que digan
los críticos en los post o en revistas:
"¡qué anticuado y qué griego se volvió
Dolan Mor leyendo a los antiguos!,
si hasta le creció un día, encima
de las cejas, (en lugar de la gorra
ladeada sobre un piercing) un ramo
de laurel…

Pero logró dos cosas: pasar
imperceptible delante de los hombres,
como dijo Epicuro, y escribir con la espalda
inclinada en la hoja, sin cederle la mano
al influjo variable del tiempo y de las modas".



HOY ESTOY...


Hoy estoy con Vallejo, más abajo de mí,
más piedra que las piedras, más herbolado, plano,
más de lado, herboherido, más herido sin ti,
desnadado, sin carne, sin símbolo ni símbala,

Hoy estoy sin Vallejo, más abajo del fui,
más gris que la grisura, más grisantemo, añil,
azul en parpadeo, el dedo que me palpa la tristeza,
me tiembla, merosamente, ahí. Hoy no estoy,

me voy lejos, sin mi sombra, sin ti,
sin mi nombra, sin vi, hoy me marcho al bravejo,
en enllanteo, pueril, verenjeneo al viento, siento la sien

latir...Hoy lloro, encebolleo, laboreo en mi fin,
si no estás, me babeo, veo tu flor, perdiz,
hoy cuerveo, me enciego, quiero existir sin mí.



SOLO...


Solo, solitario, en soledad desolada,
(a)nivelo el nivel del velo,
mariposeo la mariposa que me araña y se posa
en mi ropa, en mis poros,

Solo, lositario, en losedad soleada,
velo el año del vil desvelo,
separo mi pose en la maraña, en la sopa
de mi paro, en mis sopores,

Solo, lirio taso entre mis dedos, adolesceo,
lo veo en la lona, lo sedo en la vid,
oro por mi sepo, en la ña-rama el sapo

de la oración suspira en mí.

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